Los críos han dejado de oler a aftersun
para volver a oler a choto. No hay duda: ha llegado septiembre, y con él
los fascículos coleccionables. Hay colecciones ciertamente tentadoras.
No es fácil resistirse a los encantos de los dedales de época, los taxis
del mundo, o los 1.001 fáciles pasos para construir una réplica a
tamaño real de la Torre Eiffel en ganchillo.....
http://www.noticiasdenavarra.com/2013/09/07/opinion/columnistas/la-entibadora/fasciculos-comestibles
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