La privatización es un chollo, ¿Para quién?
Artículo de opinión de Bakartxo
Ruiz, parlamentaria de Bildu Nafarroa
“Reorganización”, “unificación”,
“externalización”, “optimización”… bonitas palabras con un mismo sufijo y un
mismo fin: hacernos creer que el los recortes en sanidad son consecuencia de
una gestión basada en la eficacia y la eficiencia, y que no implican ningún tipo
de merma en la calidad del sistema público. El Gobierno de Navarra nos quiere
tomar el pelo. Pero una cosa es querer y otra es poder.
Por ejemplo, quieren hacernos creer
que privatizar las cocinas del Complejo Hospitalario de Navarra no traerá más
que ventajas. A todos los niveles, además: calidad, seguridad, higiene, ahorro
económico… Un chollo, en definitiva. Admiten que puede haber alguna repercusión
negativa respecto al personal, eso sí, pero son daños colaterales perfectamente
asumibles con la bandera del límite del déficit y el techo de gasto. ¡Cómo no!
Pero nos surge inmediatamente la
primera duda. El único argumento para adoptar esta medida es un informe firmado
por el Gerente de Osasunbidea día 10 de octubre de 2011. Teniendo en cuenta que
la Consejera Marta Vera había anunciado ya en septiembre la “externalización”
del servicio dentro del plan de ajuste para el Departamento de Salud, nos
preguntamos, ¿no será un informe elaborado ex profeso para justificar una
decisión ya tomada anteriormente, como hemos visto en otras ocasiones? Seremos
mal pensados…
Quizá sí. Pero es que centrándonos
en el contenido del informe, los agujeros negros se multiplican. Para empezar,
es llamativo que no se haga ninguna referencia a los profesionales responsables
de la alimentación y nutrición del CHN. No se puede olvidar de que hablamos de
la recuperación de la salud de los pacientes. El hecho de no contar con la
opinión de los profesionales se está convirtiendo en el modus operandi de esta
consejera a la hora de “ajustar”. Lo hemos visto también en la unificación de
los laboratorios de Tudela y Estella. Nos dicen que la participación de los
profesionales es uno de los ejes sobre los que se sustenta la mejora de la
sanidad pública en estos tiempos de crisis. Pero una vez más, digo una cosa y
hago otra.
También es significativo que no se
haga ninguna valoración sobre diferentes alternativas a la situación actual, si
por ejemplo es posible funcionar como cocina única. Es de pura lógica pensar
que una simple unificación de las cocinas ya traería una reducción de los
costes y una optimización de los recursos existentes. Por el contrario, parece
que todo el informe está dirigido a hacer ver la supuesta ventaja de
“externalizar”. Pero no se detalla ninguna experiencia de externalización en un
hospital de características y dimensiones similares a las del CHN.
Respecto al posible ahorro, sí se
hace referencia a un informe de la Cámara de Comptos en el que se especificaba
que el coste unitario del servicio externalizado del
Hospital de Tudela era en 2004 de 12,62€, mientras que en 2011 asciende a 19,6 €, lo que significa un crecimiento para el periodo de un 55% (casi un 7% anual), ¿Es éste el ahorro económico de la externalización?
Hospital de Tudela era en 2004 de 12,62€, mientras que en 2011 asciende a 19,6 €, lo que significa un crecimiento para el periodo de un 55% (casi un 7% anual), ¿Es éste el ahorro económico de la externalización?
Por otra parte, el informe afirma
que esta medida tendría ventajas en aspectos socio-laborales, se supone que por
el elevado absentismo que afecta al personal de las cocinas, que en caso de
externalizar este “coste añadido” se transferiría a la empresa privada. Pero
desconocemos qué gestión se ha hecho del absentismo, si realmente es alto,
cuáles son las causas del mismo y qué medidas se han tomado hasta ahora, qué
mejoras en la gestión se pueden hacer que mejore lo socio-laboral… para ello se
suponen que están las direcciones de RRHH. Lo que sí sabemos es que el
absentismo se ha convertido en la “cabeza de turco” de los recortes
neoliberales. Si se trata de reducir costes, ¿por qué no se reduce el
elevadísimo número de jefaturas, los sobresueldos y demás prebendas que otorga
el Gobierno de UPN a los suyos?
En todo caso, se debería discutir
cuál es el papel de las administraciones públicas para garantizar un empleo
público para ciertos grupos más vulnerables (mujeres, embarazos, nivel
socioeconómico bajo, personas con discapacidades, etc.) que tienen dificultades
para acceder y mantener el empleo en el mercado. ¿Debemos medir la eficiencia
en la administración Pública sólo en términos económicos? ¿Cuántos puestos de
trabajo se van a destruir con esta medida? Un sector ya de por sí precario,
feminizado además en gran parte, que todavía sufrirá más las consecuencias de
unas políticas a merced de los mercados, por encima de las personas y de la
dignidad de los trabajadores y trabajadoras.
Visto el fondo y la forma de este
informe, podemos extraer algunas conclusiones. Para empezar,¿por qué no se
plantea la posibilidad de cocina única, con mayor calidad y una gestión mejor,
que por añadidura debería llevar aparejada una disminución del resto de costes
(suministros, energía, etc.)?
Así mismo, y fuera del contexto en el
que se ha planteado el informe, se podrían valorar otras alternativas como la
de crear una empresa pública responsable de dar las comidas a todos los
hospitales y que también pudiera dar comidas a centros escolares, residencias,
etc., con un estándar de calidad alto. Otra alternativa similar puede ser la de
constituir una cooperativa o darle de forma de empresa social con apoyo público
(gestión de crédito, etc).
Pero no parece que el Gobierno de
Navarra vaya a tener en cuenta ninguna otra propuesta, en su afán de “adelgazar
el sector público”.¿A costa de qué? de la calidad asistencial y de puestos de
trabajo. Que no nos hagan creer que no hay alternativas, que este tipo de
medidas son un chollo para el sistema público. Ya estamos curados de espanto.
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