martes, 15 de mayo de 2012

Quiero más políticos obligados a responder ante el público

En las Cocinas Hospitalarias igual que en otros lugares

“Quiero más políticos obligados a responder ante el público” , frase de Hourdur Tofarson, fundador de “Las voces del pueblo” de Islandia.
Yo también.

Algo hemos perdido, la dignidad, el ser responsables de las consecuencias de nuestro hacer. ¡Quizás!
Todo está bien estructurado y pensado, los intereses financieros de las grandes multinacionales lo controlan todo, ellos saben lo que debe de pasar en cada momento. Nosotros vivimos ¿para qué? Todas para conformar nuestro modelo de Sociedad. Hay una gran diferencia, yo así lo veo, entre ellas (gente de la llamada “buena educación”), a las que resulta cómodo vivir, ya que tienen una vida fácil, sin esas preocupaciones cotidianas (algo para comer, el alquiler es muy caro, comprar vivienda es renunciar a tu importante ocio y relajo, estudios de hijos........etc) y las que en principio pacientemente vamos sobreviviendo, sorteando un problema y mil ...y al de 1001 ante la imposibilidad de seguir peleando porque te parece este un obstáculo injusto y ya estás cansado y piensas que tú algo deberías poder opinar y decir y exigir, pero todo está (porque lo tienen bien atado) controlado, se te escapa un “juriño” y ¡¿qué has hecho y dicho?!, màs que pecado mortal, atentas contra todo y contra todas, ¡qué ser más indigno!. ¡Anda! Y explica como te sientes, imposible, ni te atienden, ni te entienden (alguna si que me entiende, ¡lo sé!).
Yo digo más que el bueno de Hourdur, todas nos debemos de sentir obligadas a responder ante nosotras mismas, ante nuestra conciencia y salvar nuestra dignidad.
“Ser o Tener” dijo un sabio, Ser, ante todo Ser y luego Tener, pero nunca dejar que lo que poseas o puedas poseer te maneje y domine, ellas saben de esa debilidad nuestra por el consumo y nos manejan, por Tener somos capaces de pisotear al de al lado y apartarlo de un empujón (les estamos ayudando a ellas).
 Otro señor muy sabio, al que un día tuve el placer de escuchar, (no voy a dar su nombre pues no puedo reproducir con exactitud lo que dijo, pero sí me quedó una idea muy clara), contaba como le habían preguntado un día cómo él pudiendo haber vivido muy bien y cómodo al lado de los poderosos cómo es que había elegido vivir modestamente y casi casi pasando desapercibido, él contestó que por estar bien consigo mismo, por dignidad y tenía pena porque pensaba que cuando podía decir lo que pensaba y le dejaban hablar abiertamente, se sentía en cierto modo utilizado por ellas, ellas así se congratulaban de que eran demócratas y dejaban explayarse a las gentes que no eran partidarias de su conducta (¡vaya hipocresía!)
No tenemos mucho margen de maniobra, parece, a todo le dan la vuelta.
Pero nos queda LA DIGNIDAD, yo apelo a la dignidad del mundo (ser dignos de nuestros predecesores y de nuestros sucesores) y demostrarles a ellas, que no nos interesan para nada sus grandes negocios, que ya han demostrado que su sistema de funcionamiento no soluciona la gestión de los recursos y que estos no son de ellas ni para ellas. No actuemos como ellas, no les sigamos su juego. Hay que pensar, hay que sacar tiempo para pensar y comprender su juego, esto es lo que ellas nos ponen difícil, haciéndonos esclavas del consumo y de tonterías.
Nos tenemos que concienciar de que los intereses financieros de las multinacionales, no son para nada nuestros intereses, aunque algunos se vendan por un poco más que un plato de lentejas.
Ahora llego a lo que a mí me concierne particularmente, en estos momentos y no es otra cosa que una pequeña parcela del Sistema Sanitario de Navarra: LAS COCINAS HOSPITARARIAS.
Aquí, se puede aplicar todo lo que anteriormente he dicho y como no y sobre todo LA DIGNIDAD.
Muchos años, de mucha gente, se han invertido en estas cocinas, mucha implicación personal y mucho cariño, el buen hacer de las gentes corrientes, normales, sin más aspiración que vivir y favorecer el vivir digno de otras personas como ellas, normales y corrientes.
Las trabajadoras que entren con la nueva empresa, también serán dignas, por supuesto, pero, el resultado general, la sensación general, la robotización de toda la elaboración, el tiempo invertido, el alimento final, el sentimiento del resultado del trabajo humanizado, ¿todo habrá merecido la pena por unos euros?.
Unas dirán que hay que ser frías y hacer lo mejor para todas (ellas) y lo harán y nosotras nos quedaremos con la sensación de que están equivocadas pero ellas mandan y tienen todo muy bien orquestado e incluso han sido capaces de llevarse “al huerto” a gentes que deberían estar a “partirse el piñón” con nosotras luchando (lease lo que se te ocurra, PSN, con Roberto Jiménez a la cabeza por ejemplo, y más....) por mantener una Sanidad Publica Digna para todas.
¡Aupa compañeras! Resistiendo con Dignidad. Un beso gordote para todas y todas las que nos apoyan


Sira Garcia Garcia

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