Las trabajadoras y trabajadores
de las cocinas hospitalarias (ex -cocinas públicas) queremos denunciar el
desamparo absoluto en el que la Administración
nos ha dejado después de la privatización.
Desde julio de 2012, en que
Mediterránea de Catering se convirtió en la empresa adjudicataria del concurso
(donde se “valoraba” su compromiso a emplear a personal en activo en ese
momento, pero en ningún momento aparecía la obligatoriedad sobre ese mismo
hecho), los y las trabajadoras de las cocinas no hemos recibido ninguna
comunicación sobre nuestro futuro inmediato por parte de la Administración, ni
fijos ni eventuales (sumando éstos últimos sobre el 80 % de la plantilla).
En noviembre, Mediterránea de
Catering empezó a llamarnos (previo envío del Currículum Vitae) para realizarnos
entrevistas en la cafetería de Virgen del Camino, de escasos 10 minutos de
duración, donde se repetían las mismas preguntas y de las cuales salíamos con
la sensación de haber participado en un paripé.
A finales de diciembre han
empezado a llamar a sus candidat@s, en muchos casos ofertándoles vía telefónica
y desde un “número privado”, entrar en la empresa .
Denunciamos que su oferta ha
sido ambigua (horario de 6 a
23h, sin especificar ni puesto de trabajo ni funciones a realizar. Contratos de
6 meses con 15 días de prueba. Si durante o pasados estos quince días, la
empresa decide que no somos apt@s para el puesto, nos encontraríamos en la
calle y sin derecho a percibir prestación económica alguna, debiendo pasar
mínimo 3 meses contratad@s por otra empresa para tener derecho a la misma).
Denunciamos también que, si la
respuesta de la candidata o candidato no ha sido inmediata y positiva, no ha
habido una segunda llamada para conocer la decisión del o la interesada.
Denunciamos que ha habido
ofertas a cocineros fijos (que sepamos, todos hombres) en los que se les ha
ofrecido el sueldo base según el Convenio de Hostelería, mientras que el resto
(la parte correspondiente al grado, nivel, etc.) correría a cargo de la Administración.
Y, sobretodo, denunciamos la
exigencia, en caso de estar trabajando actualmente en la cocina, de renunciar al contrato suscrito con
anterioridad con la
Administración y tener que pasar 21 días en el paro para
poder incorporarnos a la nueva empresa. Este hecho comporta 3 efectos graves en
las y los trabajadores en activo:
1/ durante 21 días dejamos de
trabajar y no percibimos ningún tipo de sueldo
2/ al pedir nosotr@s el cese en
el trabajo, perdemos el derecho a percibir una prestación por desempleo
3/ la Administración nos
penaliza por ese mismo hecho y, en caso de figurar en alguna lista de empleo
público, pasamos al último lugar
Sospechamos que esta estrategia
tiene que ver con el hecho de que, al tratarse de un tipo de subrogación, nuestro
“trasvase” a la nueva empresa comportaría una compensación económica en base a
la antigüedad que debería venir reflejada en la nómina. En su afán lucrativo
(recordemos una vez más que la salud no puede ser nunca un negocio, y que la
alimentación es salud), Mediterránea de
Catering pretende ahorrarse este dinero y contratar personal con ninguna
vinculación con la antigua empresa, en este caso la Administración.
Ante este atropello de nuestros
derechos, y ante el silencio corrupto y podrido de la Administración,
denunciamos ambas acciones, la de la empresa privada por abusiva y excluyente y
la de la pública, la cual, por cierto, contribuimos todas y todos a mantener y
que está demostrando velar bien poco por nuestros derechos y los de futuros
pacientes de los Hospitales navarros.
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