Pedro Roa Lloret
A usted recurro porque desconozco el protocolo para ponerme en
contacto personal. Yo soy uno de los medioafectados por lo que está
sucediendo con la alimentación de los pacientes en los complejos
hospitalarios.
Llevo así una semana y no sé todavía la duración de la
recuperación. La comida, cuando estás enfermo, no te suele apetecer
mucho pero mucho menos cuando estás ingresado en un centro sanitario y
muchísimo menos con este modelo que nos empeñamos en que funcione.
Viendo al paciente cómo reacciona todos los días y barajando mil
posibilidades para que coma (caprichos al principio, encargar comida en
restaurantes, llevarle la comida en termos...) se me ha pasado por la
cabeza que igual una fórmula de ahorro en sanidad podría ser que
nosotros, los familiares, lleváramos su comida desde casa, solo habría
que invertir en neveras y microondas. Esto sale más barato que ver cómo
se deja toda la comida en la bandeja y no habría que ajustar tanto las
matemáticas para que dieran saldos positivos en sanidad. Todos nosotros
lo sentiríamos muchísimo por los que no tienen esos familiares, pero qué
nos puede importar si de lo que se trata es de ajustar presupuestos y
no de pensar como personas. Así que hágame caso, estudie mi imposible
propuesta y solucionemos esto de una vez por todas porque igual salimos
más caros a la sanidad si nos tienen que alimentar con otros métodos
médicos y dejaríamos de ver cómo se llevan este modelo de comida sin
probarlo y directamente a la basura. O igual también se recicla, quien
sabe.
Somos seres humanos y no papeletas electorales y lo único que
tengo muy claro es que si usted, alguna vez y Dios no lo quiera,
estuviera en la misma situación, no desprecie la sanidad pública y se
acoja en la privada. Muchos de nosotros no tenemos las mismas
posibilidades, sienta por unos instantes esta sensación de indefensión
por la que se pasa cuando te ingresan en un centro sanitario o estás
cuidando un enfermo. Muchas gracias si ha leído esta carta o si se la
han leído por falta de tiempo para que cuadren las cuentas sanitarias.
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