martes, 26 de febrero de 2013

Navarra, reyno Gourmet



El robo ya está perpetrado. El caos, justificado. Los autores materiales y sus cómplices necesarios de la privatización de las cocinas públicas de nuestros hospitales están en silencio, solo roto para engañar y manipular a trabajadores y usuarios de nuestra cada vez más pobre sanidad pública. Eso es parte de lo que quieren, desprestigiar, deteriorar los servicios públicos para luego privatizarlos y así poder asaltar el furgón del dinero.
La estafa es brutal. Ni los más pesimistas podían sospechar que la empresa especializada podría ser tan mala. Nos tienen desconcertados, tenemos pesadillas. Nuestros gobernantes, muchos de nuestros gestores, a diferencia del Rey Midas, todo lo que tocan lo convierten en mierda. La comida que yo debo dar/echar a los enfermos dista mucho de merecer llamarse así, y a muchos les da, nos da asco.
Somos sanitarios, no podemos callarnos lo que en privado todos comentamos. Vosotros, los jefes de servicio, las supervisoras, no podéis, no debéis callaros. Lo contrario sería prevaricar.
Los trabajadores que estamos a pie de cama no podemos tolerar que a partir de ahora parte de nuestro cometido sea dar/echar eso que llaman comida. Nuestros pacientes, nuestros clientes son especialmente vulnerables, seremos especialmente vulnerables .¡Bon appétit!            
         José Ramón Irure Gorraiz -

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