jueves, 14 de marzo de 2013

A dieta para engordar

POR aLICIA eZKER

Este es un gobierno que pasará a la historia por las dietas. Pero hay dietas y dietas. Hay unas que engordan cuentas corrientes, como las de la Can y otras que adelgazan, como las de Mediterránea de Catering. Hay dietas que se devuelven por no poder comérselas y otras que se devuelven porque la ciudadanía no se traga la maniobra y empieza a tener ardor de estómago por el triste espectáculo, que
tiene más que ver con estrategias y tácticas de cara al congreso de UPN que con los valores políticos. En lo que sí hay consenso en las filas conservadoras es en la receta única de la política neoliberal que recorta a los más desfavorecidos para enriquecer a los poderes políticos y económicos. Esa manera de gobernar que permite amnistías fiscales para millonarios anónimos y persigue el fraude de un puñado de rentas básicas con nombre y apellidos. Algo huele mal en la cocina de palacio y parece que, desde que ha empezado a descubrirse el pastel, alguien no va a llegar ni al postre. El asunto viene de lejos y no está ligado solo a un nombre propio, sino a todo un régimen gestado más allá de los cuatro fantásticos de la Permanente y que encontró la cobertura perfecta en los años de plomo en los que todo valía. Pero la violencia, por suerte, se ha acabado y esto no ha hecho más que empezar. La prensa y la sociedad civil han vuelto a tener un papel fundamental para garantizar la verdad y la democracia. Las redes sociales han ido a rueda amplificando un menú que cada día presenta una receta diferente. El domingo llega el plato fuerte con el congreso de UPN y, aunque puede haber maniobras de última hora, parece que ya suena Sabina con su "ahora es demasiado tarde, princesa".

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